Hombre mirando su celular creyendo en desinformación

3 razones por las que alguien cree en la desinformación

Publicado em:
Compartir este contenido!

Casi el 90% de los brasileños ya ha creído en desinformación, según una investigación publicada en 2024 por el Instituto Locomotiva. Esto muestra cómo cualquier persona, independientemente de su clase social, ideología o formación educativa, puede ser susceptible de caer en información falsa compartida en las redes sociales.

Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Cuáles son los principales motivos que hacen que las personas crean en informaciones, muchas veces, claramente falsas? Es eso lo que vamos a explicar en esta tercera parte de la Trilla sobre desinformación, una asociación de Politize! con el *desinformante.

En esta serie de contenidos, vamos a explorar no solo qué es la desinformación, sino también cuáles son sus principales características, impactos en la sociedad y salidas posibles para enfrentar este problema actual, como la regulación de plataformas.

¿Por qué las personas creen en la desinformación?

El investigador Ricardo Lins Horta recuerda que, primero, es importante descartar las narrativas arrogantes de que las personas que creen en la desinformación son estúpidas o irracionales. Es decir, eso significa que aquel “tío del zap” que comparte noticias falsas en el grupo de familia tiene sus motivos, racionales y emocionales, para ello.

“Si ellas creen en una información, generalmente eso ocurre porque ya ha pasado por una serie de filtros: el mensaje fue difundido por una fuente confiable desde la perspectiva del destinatario, o apela a la identidad de su grupo social, o es coherente con una serie de argumentos aceptados y creencias preexistentes”, afirma Horta.

A continuación, separamos las tres principales razones que llevan a las personas a creer en la desinformación.

1. Descrédito en las instituciones tradicionales

Un motivo inicial para entender la situación es la pérdida de credibilidad en las instituciones tradicionales (gobiernos, prensa, universidad) que vivimos actualmente. Históricamente, estos emisores siempre fueron reconocidos mayoritariamente por la población como fuentes de información confiables. Sin embargo, en los últimos años esto viene cambiando.

La investigación del Instituto Reuters “Digital News Report 2025”, por ejemplo, mostró que la confianza de los brasileños en el periodismo tradicional llegó a su peor nivel en diez años. De acuerdo con el estudio, considerado referencia mundial, apenas el 42% de los ciudadanos del país con acceso a Internet dice tener confianza en el noticiero hegemónico, como son llamados los grandes medios de comunicación, como Globo, Band y Folha de São Paulo.

La desconfianza y el descrédito en estos emisores hacen que las personas reciban con escepticismo previo la información que llega de ellos y busquen informaciones contrastantes — estas últimas, muchas veces, desinformativas. Un estudio publicado en Misinformation Review, en 2020, ya señalaba que el compartir desinformación tenía relación con una menor confianza en los medios de comunicación en todos los espectros políticos.

Una mujer sostiene un teléfono celular con la palabra "fake news" escrita en él.
¿Por qué creemos en la desinformación? Imagen: Freepik

2. El sesgo de confirmación y el sentimiento de pertenencia

Otro punto importante es el llamado “sesgo de confirmación”, que significa la predisposición de las personas a creer fácilmente en aquello que está de acuerdo con sus propias creencias. Este factor también hace que alguien rechace rápidamente lo que se aleja de su comprensión del mundo.

Esta cuestión acaba agudizándose en un contexto de polarización política en el que vivimos actualmente, tanto en Brasil como en otros países. La investigadora Cristiane Sinimbu Sanchez, en su tesis de doctorado en la Universidad Federal de Paraná (UFPR), identificó que las fake news y la desinformación son utilizadas para corroborar la construcción de una identidad y visión del mundo en medio de un contexto de “guerra cultural”.

De esta forma, los contenidos desinformativos, de acuerdo con Sanchez, son utilizados para sustentar narrativas que tienen sentido para grupos específicos; y su compartición es menos sobre “desinformar” y más sobre reforzar vínculos grupales, afirmar visiones del mundo y expresar posicionamientos en las guerras culturales.

En otras palabras, el deseo de pertenencia a un grupo o colectivo — siguiendo sus respectivas creencias y visiones del mundo —, muchas veces, es uno de los motivos para que las personas compartan contenidos con informaciones falsas.

3. El miedo y la amenaza como elementos fundamentales

Como sociedad, estamos viviendo una serie de crisis: económicas, políticas, climáticas, etc. Es de esperar que este contexto de constante inestabilidad también traiga un sentimiento generalizado de miedo y de recelo ante los cambios que estamos experimentando.

Como explica Ricardo Lins Horta, los mensajes se viralizan al buscar capturar la atención de las personas, y son precisamente los contenidos negativos los que más despiertan interés en las personas. Estas piezas vienen acompañadas de una narrativa inflamatoria y en tono de amenaza que victimiza a determinado grupo social en contraste con otros.

Explica Horta:

“Eso genera la percepción en el destinatario de que todos están bajo ataque de un enemigo común. La psicología social nos enseña desde hace décadas que, en situaciones así, las personas privilegian su sentido de pertenencia al grupo supuestamente amenazado, en lugar de priorizar el análisis crítico sobre la veracidad del mensaje”.

De esta forma, el pánico que se crea con contenidos desinformativos tiene el objetivo de avivar el clima de odio y disminuir la tendencia al diálogo entre públicos diferentes, acentuando aún más el clima de polarización política e ideológica que estamos viviendo actualmente.

¿Cuáles son las soluciones?

Antes de adentrarnos en las soluciones posibles, es importante dejar claro que los tres motivos descritos arriba no son las únicas razones para que las personas crean en la desinformación. Otros elementos sociales, políticos e incluso individuales entran en juego en el momento en que una persona cree que una información falsa es verdadera.

Considerando los sesgos mencionados, el profesor de Finanzas de la London Business School, Alex Edmans, afirma que el primer paso es reconocer nuestros propios prejuicios.

“Si una afirmación despierta nuestras emociones y estamos ansiosos por compartirla o descartarla, o si es extrema y ofrece una solución única para todos, necesitamos proceder con cautela”, sugiere el economista.

En palabras de Edmans, es necesario asumir una postura más cuestionadora, principalmente cuando nos encontramos con afirmaciones que estamos ansiosos por aceptar.

Considerando los factores sociales, Cristiane Sinimbu Sanchez también sugiere la aplicación de acciones de educación mediática en diferentes públicos, además de la promoción de valores plurales y empáticos entre la población. Pero vamos a profundizar en el tema de las soluciones en otro momento de esta trilla.

El *desinformante es un proyecto mediático realizado por Aláfia Lab y tiene el objetivo de ser un espacio con informaciones confiables sobre desinformación, analizando el impacto del fenómeno desinformativo en la sociedad y discutiendo formas de combatirlo.

Referencias

*desinformante – Por que estamos evitando notícias?

*desinformante – Afinal, por que as pessoas compartilham fake news?

Politize – O que é polarização e por que é prejudicial à democracia?

Fórum Econômico Mundial – Esses dois vieses nos fazem cair em desinformação

Misinformation ReviewMisinformation in action: Fake news exposure is linked to lower trust in media, higher trust in government when your side is in power

Reuters InstituteDigital News Report 2025

Cristiane Sinimbu SanchezO bem versus o mal: fake news como arma das batalhas morais em disputa nas guerras culturais

Compartilhe este conteúdo!

¿Querés recibir boletines por correo electrónico con nuestros contenidos?

Como estamos comenzando nuestra operación de producción de contenidos en español, aún no hemos definido una fecha exacta para empezar a enviar boletines por correo electrónico, ¡pero ya puedes dejar registrado tu interés para el futuro!

Scroll al inicio

Caminos

publicaciones