La literatura señala una relación intrínseca entre el bienestar económico y la estabilidad de las democracias, especialmente en América Latina, donde las democracias son jóvenes y aún están en proceso de consolidación. La confianza y el desarrollo social son esenciales para que estas democracias se fortalezcan y se estabilicen.
Entre 2003 y 2010, se observa una relativa tranquilidad democrática. Sin embargo, a partir de 2013 y con un auge en la región en 2015, las manifestaciones sociales reflejan una creciente desilusión con la democracia, exacerbada por una crisis económica mundial, lo que resulta en un nuevo período de declive democrático que perdura hasta los días actuales.
Este contenido es parte de nuestro conjunto de contenidos sobre democracia. En este conjunto entendemos cuestiones como qué es la democracia, su historia, importancia, instituciones, entre otras. ¿Vamos juntos?
El descrédito de las instituciones democráticas
En 2023, el Latinobarómetro registró que solo el 48% de los latinoamericanos expresaron apoyo a la democracia, una caída significativa en comparación con el 63% de 2010. Esta disminución en el apoyo refleja una creciente validación del autoritarismo y una indiferencia respecto al tipo de régimen político, con muchos ciudadanos creyendo que cualquier régimen capaz de resolver problemas es aceptable.
La corrupción sistémica y la falta de transparencia en las instituciones gubernamentales también son factores que contribuyen a la erosión democrática. La percepción de que los líderes políticos y las instituciones están más interesados en sus propios beneficios que en el bienestar público alimenta el cinismo y el desencanto con la democracia.
Una de las áreas de mayor crítica es el funcionamiento de los partidos políticos. En 2023, el 77% de los latinoamericanos estuvieron en desacuerdo con la afirmación de que los partidos políticos funcionan bien. Esta percepción negativa es generalizada, indicando una profunda desconfianza en las instituciones partidarias.
Nuevas formas de pensar la democracia para la región
Claro que no es posible mirar únicamente con una perspectiva crítica la construcción democrática en América Latina. Intelectuales y movimientos sociales latinoamericanos vienen constantemente intentando construir nuevas formas de desarrollo democrático, dado que las democracias liberales al estilo europeo no funcionan plenamente en la región.
Por ejemplo, nuevas constituciones, como la boliviana y la ecuatoriana, que fueron aprobadas en la segunda década del siglo XXI, muestran intentos de los Estados de reconocer derechos y adaptar las ideas de democracia europea a las realidades locales. Esta también fue la estrategia adoptada por la constituyente chilena durante 2021 y 2022, aunque no fue aprobada.
Además, existe una sociedad civil vibrante que busca ampliar esta noción democrática en la región. Movimientos sociales y organizaciones comunitarias trabajan incansablemente para promover la inclusión, la participación ciudadana y la justicia social, desafiando los modelos tradicionales y proponiendo alternativas que mejor respondan a las necesidades locales.
Por lo tanto, no es posible mirar la democracia latinoamericana solo con una perspectiva crítica y una visión europea. También es necesario entender los movimientos de adaptación y desarrollo locales y territoriales que buscan traer la idea de democracia desde una perspectiva más amplia.
Democracia en Argentina, México y Colombia hoy
En Argentina, la reciente elección de Javier Milei, un político con visiones libertarias extremas, ha suscitado debates sobre la estabilidad democrática y económica del país, que enfrenta desafíos económicos severos y una creciente polarización política. En México, la posible elección de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta mujer representa un hito significativo, aunque el país continúa enfrentando desafíos como la violencia y la corrupción. En Colombia, la presidencia de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda, busca consolidar la paz tras décadas de conflicto armado y combatir la corrupción y la violencia.La democracia en América Latina enfrenta una serie de desafíos que amenazan su estabilidad y calidad. La inestabilidad económica, la corrupción, la violencia y el populismo son factores que contribuyen a la fragilidad democrática en la región. A pesar de algunas mejoras y esfuerzos por fortalecer las instituciones democráticas, muchos países aún luchan por consolidar la democracia de manera robusta y sostenible. La historia reciente muestra que la democracia no está garantizada y requiere vigilancia constante, compromiso de las élites políticas y participación activa de los ciudadanos para prosperar.
Ahora que entendemos sobre la democracia en América Latina hoy, ¿qué tal si entendemos sobre los desafíos de la democracia en América Latina? Este es el tema del siguiente texto. Entonces, ¡sigue accediendo a los contenidos para saber más!