A veces, en nuestro día a día, podemos pensar que el Estado es una entidad distante de nuestra realidad. O incluso considerarlo algo abstracto y difícil de entender. Piensa bien, si alguien te preguntara qué es el Estado, ¿sabrías responder, o tendrías dificultad?
Es común que las personas confundan el Estado con el gobierno, o con el país o la nación. Pero el hecho es que el Estado es central para la organización política y social de la sociedad. Es esencial para tener la vida que tenemos, ya que actúa directamente en el mantenimiento del orden, en la promoción del bienestar y en la aplicación de leyes.
Así que, en este texto, ¡Politize! te ayudará a entender el concepto de Estado, su desarrollo histórico, los elementos fundamentales que lo componen, con un enfoque especial en el Estado mexicano y su Constitución de 1917, así como en el federalismo en México. ¿Vamos?
Definición de Estado y lo que representa
El Estado surge del hecho de que vivimos en comunidad y está ligado a lo que llamamos bien común. La sociedad está compuesta por individuos y múltiples grupos sociales que tienen sus propios intereses y objetivos, como grupos familiares, profesionales, políticos, religiosos, económicos, entre otros.
De esta manera, la complejidad para organizar estos grupos es alta, ya que todos los intereses y objetivos involucrados deben ser equilibrados de alguna forma. Porque, de lo contrario, la convivencia social en armonía podría verse perjudicada.
Pensemos juntos: si un cierto grupo puede tener más poder que otro, es necesario tener algo que lo controle para que no abuse de su poder contra los demás grupos, ¿no es así? Y es exactamente para eso que sirve el Estado, para regular las relaciones sociales de manera que se garantice el bienestar común.
Así, la convivencia en sociedad puede ser pacífica y el orden puede ser mantenido, porque el Estado garantiza, por ejemplo, que las leyes, normas, derechos, deberes y políticas sean realizadas y seguidas por todos. De esta manera, el Estado es la representación de todos en la sociedad, y sus funciones y autoridad son legitimadas por la propia sociedad.
La legitimación de esta autoridad presupone que el Estado busca la defensa social y garantizar el bien público, y así, la manifestación de esa autoridad es la propia fuerza. Por eso, el sociólogo Max Weber definió el Estado como la comunidad humana que detenta el monopolio del uso legítimo de la fuerza física dentro de un determinado territorio.
Con esto, el Estado puede hacer valer sus reglas, su sistema político y sus instituciones. En este sentido, la función principal del Estado es regular las interacciones sociales y políticas, promover la justicia y garantizar la seguridad de los ciudadanos en su territorio. Así, es responsable de administrar los recursos y llevar a cabo las políticas públicas que buscan el bienestar común.
Para esto, el Estado puede organizarse y ejercer su poder de diferentes formas, dependiendo del régimen político adoptado, que puede ser mediante un gobierno democrático, autoritario, monárquico, totalitario, entre otros.
Contexto histórico y formación del Estado moderno
La idea de Estado remonta a la Antigüedad, cuando las Pólis Griegas intentaban organizarse para establecer una organización política y jurídica para sus pueblos. La famosa obra “La República” del filósofo Platón es un ejemplo de cómo se pensaba el orden de las ciudades y los regímenes políticos eran debatidos por este pensador en ese período histórico.
De esta manera, a lo largo de toda la historia, la humanidad se ha organizado de diferentes formas y ha establecido diferentes reglas e instituciones para regular la vida en sociedad. Así, la formación del Estado fue un proceso complejo que involucró diversos factores sociales, culturales, políticos y materiales. Pero el llamado Estado moderno comenzó a delinearse al final de la Edad Media.
En ese período, el poder estaba centralizado en manos de los monarcas que ejercían control sobre diferentes territorios y pueblos. Así, con la firma del Tratado de Westfalia en 1648, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años en Europa, se determinó la libertad religiosa y el desarrollo del concepto de soberanía.
De esta forma, este tratado se cita comúnmente como un hito en la formación del Estado moderno al establecer el concepto de soberanía, donde cada Estado debería tener control sobre su propio territorio y población sin interferencia externa. Más tarde, con revoluciones como la Revolución Francesa en 1789, el Estado moderno que conocemos hoy se consolidó, ya que a partir de ese momento las monarquías europeas perdieron fuerza.
Al mismo tiempo, la idea de que el poder emana del pueblo y que el Estado debe garantizar derechos y deberes ganó fuerza, atribuyendo al Estado la función de promover el bienestar social. En América Latina, esta formación está ligada al período colonial y al proceso de independencia de las colonias españolas y portuguesas.
Esto se debe a que fue solo a partir de la conquista de sus independencias que los territorios latinoamericanos pudieron establecer gobiernos propios y comenzar la consolidación de sus propios Estados. Este proceso ocurrió en vista de la unión de tres características fundamentales para la existencia de un Estado: pueblo, territorio y soberanía.
La convergencia de estos tres elementos se dio solo después de que estos territorios se hicieron independientes. Y como son los pilares para la constitución del Estado, veamos mejor sobre ellos.
Pueblo, Territorio y Soberanía
La formación de un Estado consiste en tres elementos: una población, un territorio y un gobierno. Estos aspectos son esenciales, porque sin ellos no podría existir un Estado.
- Pueblo
Se refiere a todos los que habitan el territorio, abarcando a todas las personas, incluso si están temporalmente en el territorio o no tienen ningún vínculo con el Estado. Pero hay una diferencia entre las referencias de población, pueblo y ciudadano.
Para entender: la población se refiere a los mexicanos y extranjeros (en territorio nacional), la palabra pueblo se caracteriza por los nativos y naturalizados, y los ciudadanos son los nacionales que poseen derechos políticos.
- Territorio
Es la delimitación geográfica donde el Estado puede ejercer su poder, implementando sus leyes y ejerciendo su autoridad. Así, es el lugar donde hay aplicación del ordenamiento jurídico y político. Es en él donde el gobierno puede ejercer su organización y validar sus normas jurídicas. Se constituye del suelo, subsuelo, aguas territoriales, islas, ríos, lagos, puertos, mar y espacio aéreo.
- Soberanía
Según el Sistema de Información Legislativa del gobierno mexicano, la soberanía “se refiere al ejercicio de la autoridad en un cierto territorio. Esta autoridad recae en el pueblo, aunque la gente no realiza un ejercicio directo de la misma sino que delega dicho poder en sus representantes.
La soberanía significa independencia, es decir, un poder con competencia total”. En este sentido, la soberanía es una autoridad superior que no puede ser limitada por ningún otro poder, sin estar subordinada a ninguna intervención externa. Con esto, garantiza la autonomía de las acciones del Estado y la integridad territorial.
El Estado mexicano y la Constitución de 1917
El proceso que convirtió la Nueva España en México representa el inicio de la formación del Estado mexicano, a partir del Acta de Independencia de 1821 y, principalmente, del Acta Constitutiva de la Federación de 1824. Sin embargo, sus instituciones aún eran incipientes y el aparato estatal fue sufriendo modificaciones y transformaciones a lo largo del tiempo.
En este período, el Estado mexicano ya estaba dividido entre el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial y reconocía ciertos derechos fundamentales, como la libertad. No obstante, es posible decir que el Estado mexicano moderno, como se conoce hoy, tiene sus raíces en la Revolución Mexicana.
Esto se debe a que la revolución fue responsable de derrocar la dictadura de Porfirio Díaz y abrir camino para la implementación de diversas reformas sociales y políticas. Con esto, en 1917 se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Además de representar una ruptura con el régimen anterior, el nuevo texto constitucional trajo innovaciones como la reforma agraria, el reconocimiento de los derechos laborales, civiles y políticos, y la garantía del control de los recursos naturales del país al Estado.
De esta manera, hubo un fortalecimiento del papel del Estado en la administración y mantenimiento del orden en el país. La Constitución de 1917 también definió a México como una república federativa, democrática y representativa, estableciendo las bases y reglas para el funcionamiento del gobierno a nivel nacional y local. En este sentido, el federalismo fue instituido como principio fundamental en la organización del Estado mexicano.
El Federalismo en México
El federalismo puede ser entendido como la descentralización del poder y de las funciones del Estado al gobierno nacional y a los gobiernos de las entidades federativas. Es decir, el principio del federalismo aboga porque los recursos y la capacidad de decisión de las entidades federativas ocurran de manera autónoma.
El país está compuesto por 32 entidades federativas, siendo 31 estados y la Ciudad de México, en las que tienen autonomía para legislar y administrar sus propios intereses, siempre que sus acciones y leyes no infrinjan la Constitución. Así, cada nivel de gobierno tiene sus propias responsabilidades y competencias.
La Constitución permite que cada entidad federativa pueda legislar sobre materia civil, por ejemplo, pudiendo establecer sus propios códigos civiles, que son aplicados dentro del límite territorial de cada entidad. Esta forma en la que está organizado el Estado mexicano permite evitar la centralización del poder y promover la diversidad regional.
Con esto, es posible elaborar y aplicar leyes y políticas públicas que se adecuen a las necesidades de determinada región. Sin embargo, en la práctica, las disparidades económicas y sociales entre las diversas regiones del país terminan siendo desafíos a superar por el federalismo.
El Estado en nuestras vidas
A medida que la humanidad se fue organizando a partir de las relaciones sociales, económicas y políticas, se elaboraron instituciones, reglas, principios y normas para mejorar esas relaciones. El ser humano parece tener una tendencia a preferir el orden al caos y, así, fue construyendo mecanismos para ayudar en el mantenimiento de ese orden.
Esta organización solo ocurrió gracias a la capacidad de la humanidad para cooperar a gran escala. Esta característica de la cooperación fue capaz de proporcionar ordenamiento para la vida en sociedad. Y uno de los elementos formados para guiar este ordenamiento, legitimar las normas y conducir las relaciones sociales fue el Estado.
De esta forma, el Estado es una institución esencial para la organización de la sociedad moderna, garantizando el orden, la justicia y la protección de los derechos de los ciudadanos. Comprender qué es el Estado, para qué sirve, sus elementos constitutivos y su evolución histórica es crucial para entender las dinámicas políticas y sociales del mundo.
Así podemos entender mejor la realidad de la sociedad en la que vivimos y exigir al gobierno que cumpla con sus responsabilidades. Ya sea en el contexto mexicano o en otras naciones, el Estado sigue siendo el principal actor en la promoción del bienestar común y en el mantenimiento del orden dentro de las fronteras de su territorio.
Referencias
KRADER, Lawrence. La formación del Estado. Santiago: Ediciones Olejnik. 2019.
AZAMBUJA, Darcy. Teoria Geral do Estado. Globo, 2008.
WEBER, Max. Ensaios de Sociologia. In: GERTH, H.H; MILLS, C.Wright (Ed), MAX WEBER. Livros Técnicos e Científicos S.A, Rio de Janeiro, 5ª ed., 1982.
Sistema de Información Legislativa – Soberanía
ARRUDA, Andreia. A Formação do Estado Moderno sob a concepção dos Teóricos Contratualistas. Revista Curso de Direito, vol. 4, nº 1, p. 51-57, 2013.
MERINO, Mauricio. El federalismo en México. Studia Politicae, nº 17, 2009.HUIZAR, Francisco. Origen del Estado mexicano. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 2024.